15/4/08

REcoil es el proyecto musical del ex Depeche Mode Alan Wilder. Cualquiera pensaría que Recoil es Depeche Mode, en una faceta familiar pero a la vez desconocida. Pero no es así, aunque no se puede negar que hay similitudes en cuanto a uno que otro pasaje sonoro así como el manejo de samples, arreglos y algunas arquitecturas melódicas, es decir, las sensaciones pueden llegar a ser muy similares, pero hay algo que les distingue diametralmente y es que Recoil no será nunca music for the masses, pero sí música de culto. Para entender mejor de qué trata, acá un extracto obtenido en la red:

"SubHuman tiene tanto blues (procesado por la cabeza de Wilder y programas de audio) como electrónica minimalista. Es quizá el mejor disco de Recoil a la fecha. Claro, las voces tienen mucho que ver: Joe Richardson - hombre de blues de Louisiana y voz cavernosa - y Carla Trevaskis - de voz prístina- le dan el toque final al disco. SubHuman abre con 'Prey' y la personalidad del disco está marcada: la música parece proyectar un espeso humo mientras de fondo surge la voz gastada, personal y con toques bluseros de Joe Richardson. 'Prey' cambia de ritmos, mete sampleos y se llama a silencio. "Allelujah" es puro clima y la voz desarmada de Carla Trevaskis que define la dirección melódica. Sobre el final emociona. "5000 Years" es Richardson, una guitarra , una armónica y un pseudo redoblante. En un punto varios sonidos se suman, descontrolan y parece que todo va a estallar; luego vuelve la calma del riff y la voz espesa. "The Killing Ground" impresiona: arranca como un blues y luego se vuelve puro dark y trip-hop, con una percusión que parece salirse de los parlantes. En el final un colchón de teclados, violines, melancolía y guitarra blusera cierran esta canción mágica. "Intruders" es el otro track que canta Carla Trevaskis y es como un oasis, un descanso entre tanta intensidad aunque lentamente los "intrusos van entrando". Las bases son brillante. "99 to Life" y "Backslider" cierran el disco de manera densa, profunda. Tienen tantos detalles extraños, tanto clima, tanta electrónica procesando sonidos biscerales que se vuelven imprescindibles, adictivas. SubHuman es un buen ejemplo de como la electrónica y las nuevas tecnologías pueden procesar y construir nuevos sonidos, nuevas mezclas de géneros, grandes canciones. Es un disco que parece no terminar nunca por la cantidad de capas que contiene dentro de una misma canción. SubHuman es un disco complejo, interminable. Alan Wilder ha vuelto y está en quizá su mejor forma"


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