6/2/08

Oskar Sala es un personaje que renunció a la vida familiar y social, para dedicarse durante 70 años a trabajar con un instrumento, el Trautonium -y el posterior Mixturtrautonium-, desarrollándolo hasta el punto de convertirlo en el más expresivo instrumento electrónico de su tiempo. También ha sido un creador que ha seguido su propio camino guardando celosamente sus conocimientos, al margen de las vanguardias "oficiales", siendo consecuentemente relegado al olvido.
Sala es el único vínculo de unión que quedó (falleció en el 2002) de toda una generación de pioneros anteriores a la Segunda Guerra Mundial; una época en la que la música electrónica no existía como género. Instrumentos como el Ondes Martenot, el Theremin o el propio Trautonium eran vistos por la sociedad de su tiempo como curiosidades o atracciones de feria surgidos de la mente de “científicos locos”, que no despertaban más interés que el que tienen hoy para nosotros un robot pianista o violinista. Pasó un cierto tiempo hasta que esos instrumentos comenzaron a ser asimilados y pasaron a formar parte de orquestas, a utilizarse como instrumentos solistas o a llegar al gran público a través del cine. Gracias al infatigable trabajo de creadores como Oskar Sala hoy podemos saber cómo era la protohistoria de la música electrónica. Entre los trabajos más conocidos de Sala, encontramos la "banda sonora" para la película "Los Pájaros", de Alfred Hitchcock. Resonanzen es el trabajo que publicamos. Es posible, entonces, comprender mejor el rumbo que ha tomado la música electrónica, que lleva más de un siglo de desarrollarse. Pero para entender esa música electrónica actual, hay que retroceder décadas y prestar oidos.




Texto tomado de audionautas, audiografías




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