Una vez, el director de la revista francesa contracultural Actuel escribió una frase que me encanta: "En Inglaterra tienen a Peter Gabriel, en Estados Unidos a David Byrne y en Francia tenemos a Hector Zazou". Esto deja más o menos claro el estatus artístico del músico avant-garde y escultor sonoro franco-argelino Hector Zazou, aunque no menciona que sea menos conocido que aquéllos. Su carácter notablemente discreto, hacía que fuese rara su aparición en fotos, pero por otro lado, garantizaba el desarrollo de una obra musical robusta y trascendental. Zazou aseguraba estar siempre aprendiendo. Decía que avanzaba a tientas en la oscuridad y que solía golpearse la cabeza contra la pared... "Una lucha cotidiana por la libertad". ¡Y vaya si la logró!.Zazou fue un enlazador de mundos, siempre interesado en unir oriente y occidente a través de la música, influida esta por Captain Beefheart, Brian Eno, la música tradicional de diversos lugares del mundo, y la pintura abstracta, especialmente la de Rothko y Pollock. A poco más de un año de su desaparición física, le rendimos un pequeño tributo en el Bloggazine, recomendando parte de su amplísima e interesante discografía, para la cual Zazou solicitó siempre la colaboración de artistas de diversas escenas y nacionalidades, mostrando cierta predilección por las voces femeninas.
En su álbum Chansons de Mers Froides (1994), Zazou se inspiró en los paisajes árticos, y junto al camarógrafo Philippe Roméo, grabó canciones tradicionales de Alaska, Canadá, Groenlandia, Islandia, Japón y Escandinavia, así como cánticos chamánicos y canciones de cuna de tribus aborígenes de esas regiones. Una fusión entre folklore foráneo y electrónica experimental fue el escenario para la colaboración de Värtinä (grupo finlandés), Suzanne Vega, Björk, John Cale, Siouxsie y Tokiko Kato, entre otros.
Para Las Vegas Is Cursed (2000), Zazou se hace acompañar por la excéntrica cantautora Sandy Dillon (recomendada hace muy poco), para crear composiciones oscuras y extravagantes, experimentos sonoros donde la electrónica y la instrumentación acústica generan ambientes sórdidos, llenos de contrastes y aires industriales, con claras referencias al cine negro.
En cambio, en Strong Currents (2003), Zazou se inclina hacia composiciones más apacibles y crea un diario íntimo con canciones acústicas que cuentan con la voz de interesantísimas invitadas como Laurie Anderson, Jane Birkin, Nicola Hitchcock (de Mandalay), Lori Carson, entre otras, además de la colaboración de músicos como Bill Rieflin (baterista de R.E.M.), el multinstrumentista Dennis Rea y el japonés Ryuichi Sakamoto. En L'Absense (2003), Zazou repite con el mismo equipo de invitados e incorpora más loops, programaciones y distorsiones, pero manteniendo un ánimo melancólico e introspectivo.
La lista de recomendaciones podría extenderse, pero por ahora nos detendremos aquí para brevemente rendir honores a quien ha legado a la posteridad una excepcional obra iconoclasta y vanguardista, ventana abierta hacia la belleza del mundo.
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