Hay un principio en los conocedores de la música contemporánea que se basa en algo que me parece ciertamente ingenuo pero de ingenio: para saber sin esfuerzo analítico si una propuesta musical se inclina hacia el pop o hacia el rock, sólo hay que estar atento al movimiento de nuestra cabeza. En este sentido, si se mueve de lado a lado como una pera de boxeo, se trata de pop. En cambio, si se mueve hacia adelante como un insistente "Sí", no cabe duda de que lo que suena es rock. Pero atención: este movimiento de cabeza no depende de la intensidad del sonido al que somos expuestos como si fuesemos susceptibles de vibrar con los decibeles. Lógicamente, el movimiento depende de nuestra disposición para disfrutar de la música por medio del baile capital, es decir, el movimiento rítmico que tiene lugar justo de los hombros para arriba. Ahora bien, bajo este criterio, ¿cómo catalogar una música que nos haga mover la cabeza caóticamente cual Linda Blair en El exorcista? El dúo alemán Funkstörung, con su álbum Appetite for Distruction, logra despojarse de cualquier tendencia a sumirse bajo etiquetas precisas y determinantes. Como regalo audiovisual, elegí el siguiente video (que no forma parte del mencionado álbum), por recordarme los dibujos enmarañados del gran óptico Zoomo. Enjoy it!
>K
2 comentarios:
un video muy chévere, en efecto, jeje, tiene cosas que me gustan visualmente. saludos amigo, excelente reseña la que has hecho, muy fresca y en movimiento!!!!
Jajaja, esta reseña es producto de mi inefable necesidad (o necedad)de hacer un análisis concienzudo sobre el movimiento de cabezas... Por otro lado, sabía que te gustaría el contenido gráfico del video. Está buenísimo...
Publicar un comentario