Semanas atrás recomendé su proyecto colectivo, ahora, su trabajo individual, tanto más brillante y relajado. Se trata del noruego Thomas Dybdahl, quien en su disco Science (2006), derrama más calidez de la que puede uno imaginarse en un músico de esas latitudes nórdicas. Éste, su quinto álbum, probablemente sea el más denso, maduro y hermoso de sus producciones. Aquí Dybdahl recurre al susurro como elemento casi constante para contar sus historias abstractas y poéticas sobre arreglos que fluyen como nubes en el cielo.
23/6/08
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2 comentarios:
vale la pena escuchar este disco, me ha gustado el tema que has posteado. saludos y gracias de nuevo Kevz!!!!
Me contenta que te haya gustado. Esto tiene una delicadeza muy especial...
Saludos
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