Detrás de toda calma viene una conmoción que dará paso a otro espacio de calma, un ciclo como el descrito en el famoso haikú donde un sapo necesariamente debe zambullirse de un salto para romper con la apacible superficie del charco. Por esa misma necesidad de disturbio y perturbación intrínseca al ser humano y a la naturaleza en general, es que traigo al ruedo a
BLÆRG, otro buen exponente de breakcore, o lo que es lo mismo, ritmos quebrados y disparados por encima de los 180 bpm con resonancias industriales, drum & bass e IDM profuso y agresivo en cada rotura al límite del delirio. De este señor, oriundo de Ohio y fan de Zappa, del metal y del jazz experimental, recomiendo su segundo y más reciente álbum titulado
Dysphoric Sonorities ('08), para sacudir las neuronas en una catársis programada a fuerza de samplers y riffs enloquecidos. Efecto garantizado...
Detrás de toda calma viene una conmoción que dará paso a otro espacio de calma, un ciclo como el descrito en el famoso haikú donde un sapo necesariamente debe zambullirse de un salto para romper con la apacible superficie del charco. Por esa misma necesidad de disturbio y perturbación intrínseca al ser humano y a la naturaleza en general, es que traigo al ruedo a BLÆRG, otro buen exponente de breakcore, o lo que es lo mismo, ritmos quebrados y disparados por encima de los 180 bpm con resonancias industriales, drum & bass e IDM profuso y agresivo en cada rotura al límite del delirio. De este señor, oriundo de Ohio y fan de Zappa, del metal y del jazz experimental, recomiendo su segundo y más reciente álbum titulado Dysphoric Sonorities ('08), para sacudir las neuronas en una catársis programada a fuerza de samplers y riffs enloquecidos. Efecto garantizado...
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